y esque en la plenitud de esta época calurosa, carente de frío, hojas, abrigos y paraguas. Nace como fruto de días de depresiones, fuegos, maldiciones; la tempestad acumulada hace ya varias semanas.
Vibrantes las hojas relucen y nos muestran sus cambiantes y hermosos verdes colores, se embellecen con la alegría de la lluvia, caen y mueren lentamente por la brisa la cual se violenta. En mis días de resurreción digo y afirmo que nada más puede ser el detonante de tanta lejanía, y sí, la lluvia lo es, amargada como ella sola, sin embargo con cautela y unas cuantas gotas comienza su entrada triunfal, el show debe continuar dirían, pero cansada de refrescar se marcha sin penas ni glorias, para en un futuro ennegrecer la vida de quienes no la viven, descascarar las paredes de las casas viejas, eternizar la maleza, humedecer narices y sanar cicatrices.
En el reloj las 9, el nuevo día resplandeciente de luz y colores nace nuevamente y en el crepúsculo carmín vuelvo a desojar las flores, recorrer y volver a pisar mis senderos, y esperar una gota para sanar tristezas
miércoles, 21 de enero de 2009
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)




No hay comentarios:
Publicar un comentario