viernes, 10 de octubre de 2008

Nada sigue igual. todo cambia, como siempre o como nunca, han estado los destellos de mis alegrías retenidos por estas multitudes etéreas, sin embargo he sabido contenerme para no parecer una extrangera en tanta gente común, pasé desapercivida dentro de las gentes, pero no fugitiva de estas realidades existentes, la mano aprieta, y fuerte, dentro y afuera de mis cavilaciones he concluído que nada es exacto, y por eso esque, mi matemática inesacta me logra dilucidar que mis rayos no son más que imaginaciones de esas viejas, e infantiles que perpetúaba en mis veranos de eterna alegría. Es confuso, extraño, bipolar, cambiante todo a mi alrededor, y aunque mis pasos fuertes no suenen, no espero que nadie los escuche, aveces si, otras no, y es así, todo corre demaciado rapido para mi parpados lángidos y cansado de mirar, no de observar por cierto, y hacer oídos sordos a mis palabras no sirve, por que bastan mis miradas, perdidas, nunca focalizadas, las que te transmiten mi descontento, o no, quisas mi desengaño, desencanto, desamor... No quiero pensar más en situaciones y energías de personas cual cariño me han falseado, conservarán su espacio lóbrega luego de crear el mal sobre mí, o sobre cualquier quien no quiero causar daño alguno. Es simple, alejarme de la realidad, es lo que necesito pensar, y ultimamente odio referirme a mi primera persona, puesto que me despego por momentos de la tierra, para sentir la inmensidad de la gente bajo mis pies, los murmullos de multitudes, en las que germinaba bajo de ella mis brotes, y esas frases que me gustaban tanto vuelven a eternizar dentro de mi cien, podrida, fundida, casi escondida, pero viva aún... Carmines mis atardeceres, este octubre de soles y llantos, no son más que las primeras voces de este verano que tengo de vecino, y no espero nada de sus cantares y melodías de resurreccion, por que nada nacerá si no lo deseo, y por hoy y mañana, no tengo planes para concretar mis días, espero a que llegue, y programo mis minutos proximos, para vivir mi vida sin penas ni glorias, en soledad, bajo los soles de octubre, y sin más preámbulos me cruzo de brazos, y sin elegir un futuro, me duermo nuevamente, para quien sabe, despertar en un nuevo día....

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