lunes, 11 de agosto de 2008

admitiendo que ni signos de verdad alimentan mis palabras, has incrementado mi nivel de euforia y tristeza para acumularse en tumores detras de mis ojos, cubriendolos cada vez más, para no dejarme ver. Precipitando mis neblinas para convertirlas en lluvias pasajeras, luego de atardeceres cálidos. Es así, cambiante, bipolar mis temperamentos, cortas mis lluvias, cortos mis soles, extrañando esos males de estaciones, como los que solía obtener de los rezos escondidos de falsos cristianos. Adopté una forma de permanecer en esos tiempos, que ni el más grande hit de todos aquellos, logró hacerme retirar de esta tierra de amantes y profugos. Es el mar esa sensacion de sabiduría, que necesito eternizar entre mi cien. Y aunque las brizas congeladoras me ataquen con sus dagas, y aunque los rayos me ataquen igualmente con sus rayos infernales, me mantendré firme ante aquel enemigo, y disfrutaré de esa carencia de verdad, que nutría mis menos sencillas palabras, para incrementar otra vez esos niveles de euforia y tristeza acumulada.

No hay comentarios: